Las lavadoras son uno de los mejores inventos del siglo XIIX, su uso nos hace la vida más cómoda y sencilla, pero sus programas de lavados no siempre son adecuados para los diferentes tipos de tejidos que existen, las alfombras forman parte de ese grupo de tejidos delicados que necesitan de procesos de limpieza diferentes.
Las fibras de nuestra ropa contienen imperfecciones, estas se van desgarrando poco a poco y son las que producen que después de varios procesos de lavado, nuestras prendas se encojan y queden tirantes. Un proceso de lavado normal de una lavadora produce que nuestras prendas giren a gran velocidad, se mojen con agua a altas temperaturas y por último en caso de utilizar secadora, se las expondrá a temperaturas elevadas de aire seco.
Es cierto que cada vez se incluyen mas procesos de lavado mucho más técnicos, pero también es cierto que ahora mismo no existe ningún modelo en el mercado que asegure una limpieza efectiva de alfombras, así mismo los tamaños de nuestros tambores son bastante ajustados por lo que en la mayoría de casos las alfombras no entraran y si lo hacen será de una manera muy justa.
Todos estos procesos enumerados anteriormente nunca deben de emplearse en el proceso de lavado de una alfombra, de manera que solo nos quedan dos alternativas.
Una limpieza a mano, siempre cuidando los productos que usemos sean los adecuados para cada tipo de tejido y realizando un cepillado con una presión correcta ya que podríamos producir marcas de desgaste. Si a todo esto le sumamos la complicada misión de encontrar una superficie lo suficientemente extensa para poder extenderla y realizar un lavado homogéneo y su posterior secado, esta opción queda descartada en la mayoría de los casos.
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